martes, 29 de enero de 2019

Los recordados versos del poeta Humberto Ak’abal, fallecido ayer


Las obras del poeta guatemalteco, que ahora quedarán para la posteridad, han sido traducidas a varios idiomas como el inglés, francés, italiano, alemán, portugués y muchos más.



Por Luisa María Godínez


 





El poeta maya k'iche' Humberto Ak'abal falleció la noche del lunes 28 de enero en el hospital general san juan de dios.




La causa del deceso, explicaron sus familiares, se debió a complicaciones después de una cirugía intestinal que le fue practicada el domingo 27 en el hospital nacional de Totonicapán.



Debido a la emergencia se le trasladó, en estado grave, al centro asistencial en la capital, en donde murió.



El célebre poeta nació en Momostenango, Totonicapán en 1952. Fue uno de los poetas más conocidos, no solamente en Guatemala, sino internacionalmente.



Su veintena de poemarios se ha traducido a más de 10 idiomas alrededor del mundo.



Versos más recordados



"Solo quiero"

Yo solo quiero

un poco de atardecer

para platicar con ella,

escondidos detrás de algún árbol,

decirle que ya no aguanto más,

que se venga a vivir conmigo,

que tengo ganas

de echarle una semilla.



"Mayuli"

Cuando estás conmigo

no sé dónde queda el mundo.



"Picoteando"

El aire se come tu suspiro,

a ras del cerro

el último chispazo de sol.



La tarde termina

en el negror de tus ojos.



El amor picotea:

es un pajarito

con ganas de cantar.



"el aire"

El aire baila

extiende sus alas y da vueltas.



El aire es un pájaro grande,

vuela alto

arriba del cielo;

por eso

sólo sentimos el soplido de sus alas.



"el mudo"

Ella vivía lejos,

los domingos bajaba al pueblo

a vender duraznos.



La esperé junto al puente viejo,

me regaló una bella mirada

y tal vez esperaba una palabra mía.



La miré y se me hizo agua la boca

y no pude decir nada.



Otro día alguien le preguntó por mí

y ella dijo

que no quería para marido

a un hombre mudo.



"noche"

Noche oscura,

oscurísima.



A punto de llover.



En noches así

no se sabe

dónde termina la tierra

ni dónde comienza el cielo.