El objetivo: que se sepa a qué suena México, afirmó Nadia López García, egresada de Filosofía y Letras
Que todos sepan a qué suena México y cómo son sus 68 lenguas originarias es el objetivo del proyecto Lluvia de Voces, cuya autora es Nadia López García, egresada de la Facultad de Filosofía y Letras.
La poeta mixteca, ganadora del Premio Nacional de la Juventud 2018, explicó que este plan nació de su inquietud por saber cómo suenan el norte, sur, este, oeste y centro de nuestro territorio; cómo suena el zoque o el zapoteco.
“Lo nombré Lluvia de Voces porque imaginé que cada gota que cae es una lengua que podemos escuchar, y que quizá la tierra, que somos todos nosotros, está muy árida, pero con esas gotas es posible sembrarla y que germine”, afirmó.
La raíz del racismo y la discriminación es la falta de conocimiento, dijo. “Si seguimos desconociendo nuestras lenguas y pueblos, el racismo crecerá. Lo importante es hablarlas porque sólo así se combatirá la violencia y exclusión que hemos vivido. Los hablantes deben saber que su lengua es digna, y hacer uso de ella es un acto político, de resistencia, porque no queremos que desaparezcan”.
Los inicios
De origen oaxaqueño, Nadia habla mixteco. Cuando llegó a Ciudad de México, para ella era natural expresarse en su idioma para saludar, para pedir permiso o hacer sus labores cotidianas; pero era mal vista por la gente, que al escucharla hacía comentarios o gestos y le preguntaba ¿qué lengua es? “Yo me decía: pero si es una que hablamos a 14 horas de aquí, no estamos del otro lado del mundo”, recordó.
Entonces se percató que en México, a pesar de contar con gran riqueza de lenguas originarias (68 y 364 variantes), no estamos acostumbrados a escucharlas.
“Cualquier mexicano debería tener la sensibilidad de reconocer las distintas lenguas de nuestro territorio. A veces vamos por la calle y no detectamos a un hablante de náhuatl, mixe o mixteco, que se usan en nuestra tierra mucho antes que el castellano. Únicamente del mixteco hay 90 variantes, yo puedo reconocer cinco”, expuso.Internet
Entonces invitó a otras personas para que enseñaran palabras en sus idiomas; con su celular comenzó a grabar videos y a subirlos a Internet. Inició en Michoacán, muy cerca del volcán Paricutín; con ayuda de una niña y en no más de 50 segundos mostraron cómo se dice, en purépecha y en mixteco, agua, tierra y maíz. Hoy, Lluvia de Voces cuenta con un canal de Youtube, incluye 22 lenguas y este año espera llegar a 60.
En México podemos decir maíz de 68 formas distintas; por ello, cuando encuentra a un hablante le pide ayuda: “Comparte un poco de tu lengua, que también es tu pensamiento, y yo comparto un poco de la mía, que es mi mundo y mi forma de ver la vida”. De ese modo, este proyecto busca que se escuche la riqueza idiomática en nuestro territorio y que haya más interés por conocerla.
La universitaria comentó que “nadie nace discriminando, diciendo que esa lengua es de indios, no la quiero aprender; los pequeños escuchan ese discurso de algún adulto y crecen reproduciéndolo, por eso me interesa trabajar con niños que apenas se están formando una concepción del mundo, que aún no tienen prejuicios”.
En la medida que los adultos tengan conciencia de que México posee muchas lenguas, muchas voces, muchos pensamientos, pueden contagiar a su familia, a sus vecinos. “Si nos cansamos, ya perdimos; todos los días mueren algunas variantes”, alertó.
Lluvia de Voces no es un proyecto individual, es de todos. “Cuando vean un video compártanlo; no sabemos a quién llegará, pero es como una flecha que tiramos y que algo toca”.
Si dejamos de emplearlas y compartirlas “la población no se enterará de que a 14 horas de aquí hay una comunidad donde se hacen rezos para la lluvia y plegarias de agradecimiento. Los proyectos que tienen que ver con pueblos originarios, con sus lenguas o con su revitalización, únicamente funcionan si la comunidad se suma”, finalizó López García.