Escribir es inventarse
Esteban Ríos Cruz*
- Como poeta binnizá (zapoteco), de la lengua nube o diidxazá, escribo
porque tengo la necesidad de difundir el pensamiento filosófico, moral,
cosmogónico, amoroso y erótico de la cultura zapoteca del Istmo de Tehuantepec
Se
ha escrito que lo importante no es buscar sino encontrar. ¿Pero qué es lo que
encuentra un poeta, ensayista, novelista o cuentista al escribir? ¿Qué
importancia tiene escribir sobre una realidad ya transitada por otras voces?
Estas preguntas llevan a reflexionar el sentido que tiene la literatura en la
vida de quien se enfrenta con la hoja en blanco armado con un puñado de
palabras de diferentes colores y tamaños. Cuando el escritor da forma a sus
ideas para construir un poema, ensayo, novela, cuento o cualquier otro tipo de
texto, trastoca lo cotidiano de tal forma que lo existente sufre una
metamorfosis, se viste de emociones y sentimientos distintos de su origen.
Al escribir nos servimos de la escritura
como instrumento de comunicación para transmitir los significados que vamos
construyendo en nuestra interacción con el mundo. Es un vaso comunicante entre
nuestro yo subjetivo y lo social objetivo. Al escribir no sólo nombramos lo existente,
sino vamos creando los nexos que nos ligan con el imaginario social. Como todo
proceso conjuga lo intelectual y lo emocional. En la creación literaria, el
texto escrito es el fruto de un trabajo planificado sobre el qué y cómo se pensó
escribir. Más que producto de un don otorgado por los dioses a los mortales, es
el resultado de una actividad reflexionada, que mezcla experiencias de lectura
y situaciones personales.
Como poeta binnizá (zapoteco), de la
lengua nube o diidxazá, escribo porque tengo la necesidad de difundir el
pensamiento filosófico, moral, cosmogónico, amoroso y erótico de la cultura
zapoteca del Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, a través de mis textos poéticos, que
son pretextos para impulsar la interacción con la cultura impresa de los
hablantes de esta lengua originaria de México. Para fortalecer el uso real del
zapoteco, de manera significativa, hay que promover sus prácticas sociales en
los espacios familiares, académicos, literarios y en los medios de comunicación
masiva. Cada usuario del diidxazá tiene el derecho de conocer, disfrutar e
identificarse con la creación literaria
de su cultura en forma oral y escrita. Porque la literatura es fundamental para el espíritu humano. No
pondrá fin a las guerras, erradicar la política neoliberal en el mundo o inhibir
la intolerancia hacia el que no es como nosotros, pero es un soplo de esperanza
y ternura que nos recuerda que los rayos del sol iluminan para todos.
¿Para qué escribir? Es por la curiosidad
de deshojar el hermetismo que envuelve a las cosas que me rodean y mirar la
vida en su desnudez primera. Al escribir un poema recorro el velo que me lleva
a descubrir que detrás de cada palabra hay una historia humana que, al igual
que una crisálida, está a punto de romper su capullo de silencio. Toda
escritura es la invención de uno mismo y de los demás. Autopoiesis del ser. En cada
texto voy dejando migajas de sonidos que me ayuden a encontrar el camino a casa
de ese otro que soy al ser yo mismo.
*Poeta de lengua diidxazá (zapoteco), originario de Asunción Ixaltepec, Oaxaca. Descubrió su vocación como escritor cuando participó en un taller literario con el poeta chiapaneco, Óscar Oliva. En su obra se ve su dedicación a la lucha por la defensa y reconocimiento de las lenguas originarias. Algunos de sus libros publicados son Desandar la memoria (1984), Canción en vigilia (1999), Dxi gueela gaca' diidxa' (2006), Ubidxa xti' galaa dxi (2008) y Ca diidxa' guchendú (2014). La profundidad de su poesía y alta estética de su contenido, le ha dado diversos premios como: el Premio de Literaturas Indígenas de América (2014); Premio CaSa en Creación Literaria en Lengua Zapoteca (2012); Premio de Poesía de la Casa de la Cultura Oaxaqueña (1980), entre otros.
No te pierdas su participación en el VII Festival de Poesía: las Lenguas de América. Carlos Montemayor, el jueves 13 d eoctubre a las 18:00 horas en la Sala Nezahualcóyotl, CCU, UNAM