* El escritor nahua Natalio Hernández presentó una antología
Arturo Jiménez
El diálogo intercultural entre pueblos originarios y la sociedad nacional, así como de las literaturas en lenguas indígenas y en castellano, puede ayudar a ir trabajando el tejido multicultural y multilingüe de México, donde se funda la nación que necesitamos desarrollar en este siglo XXI.
Así lo planteó el escritor nahua Natalio Hernández durante la presentación de la antología en dos tomos, uno de poesía y otro de narrativa, México: diversas lenguas, una sola nación, y del número especial de 15 años de la revista Nuni, impulsados por la asociación civil Escritores en Lenguas Indígenas (ELIAC).
En la presentación, realizada en la sede del Programa Universitario México Nación Multicultural, de la UNAM, participaron además la escritora zapoteca Irma Pineda, presidenta de dicha asociación, y la investigadora Teresa Dey, moderados por el investigador Juan Mario Pérez y con la presentación del músico juchiteco Josué Dante.
Mientras las antologías incluyen a Gabriel Pacheco Salvador, Briceida Cuevas Cob, Feliciano Sánchez Chan, Juan Gregorio Regino, Juan Hernández, Macario Matus, Natalia Toledo, Martín Rodríguez Arellano y Francisco de la Cruz, y muchos más escritores de diversas lenguas originarias, la revista Nuni ofrece textos de Miguel León-Portilla, Eustaquio Celestino Solís y las propias Pineda y Dey, entre otros.
Natalio Hernández recordó que uno de los propósitos de los escritores en lenguas indígenas es que esa literatura forme parte de las letras mexicanas, pues ahora ellos hablan desde dentro de su propia cultura, desde nuestro mundo, cosmovisión, historias, valores y raíces.
Se trata de que, en diálogo con el resto de la sociedad, vayamos construyendo el tejido multicultural y multilingüe de la nación mexicana, y agregó: Constitucionalmente, ya nos reconocemos desde 1992, y reafirmado eso en las reformas constitucionales de 2002, a raíz de los acuerdos de San Andrés, muy discutidos: no las reformas que hubieran querido nuestros pueblos, pero hay avances.
Hernández dijo que por inercias históricas, hemos privilegiado el pensamiento occidental europeo, y de eso está saturado el sistema educativo, además de que en algunos niveles y grados se ha eliminado la parte antigua de la historia mexicana.
“Ojalá que en el siglo XXI todos los mexicanos –políticos, académicos, pensadores indígenas–, artistas de nuestros pueblos, tengamos la capacidad de forjar este rostro multicultural que los zapatistas vislumbraron: un México de muchos rostros y colores, donde estemos todos y que nos podamos ver en un nuevo espejo, el de una nación incluyente y multicultural.
Creo que las literaturas en las lenguas originarias de México nos pueden aportar nuevas visiones, mitos y narrativas.
El diálogo intercultural entre pueblos originarios y la sociedad nacional, así como de las literaturas en lenguas indígenas y en castellano, puede ayudar a ir trabajando el tejido multicultural y multilingüe de México, donde se funda la nación que necesitamos desarrollar en este siglo XXI.
Así lo planteó el escritor nahua Natalio Hernández durante la presentación de la antología en dos tomos, uno de poesía y otro de narrativa, México: diversas lenguas, una sola nación, y del número especial de 15 años de la revista Nuni, impulsados por la asociación civil Escritores en Lenguas Indígenas (ELIAC).
En la presentación, realizada en la sede del Programa Universitario México Nación Multicultural, de la UNAM, participaron además la escritora zapoteca Irma Pineda, presidenta de dicha asociación, y la investigadora Teresa Dey, moderados por el investigador Juan Mario Pérez y con la presentación del músico juchiteco Josué Dante.
Mientras las antologías incluyen a Gabriel Pacheco Salvador, Briceida Cuevas Cob, Feliciano Sánchez Chan, Juan Gregorio Regino, Juan Hernández, Macario Matus, Natalia Toledo, Martín Rodríguez Arellano y Francisco de la Cruz, y muchos más escritores de diversas lenguas originarias, la revista Nuni ofrece textos de Miguel León-Portilla, Eustaquio Celestino Solís y las propias Pineda y Dey, entre otros.
Natalio Hernández recordó que uno de los propósitos de los escritores en lenguas indígenas es que esa literatura forme parte de las letras mexicanas, pues ahora ellos hablan desde dentro de su propia cultura, desde nuestro mundo, cosmovisión, historias, valores y raíces.
Se trata de que, en diálogo con el resto de la sociedad, vayamos construyendo el tejido multicultural y multilingüe de la nación mexicana, y agregó: Constitucionalmente, ya nos reconocemos desde 1992, y reafirmado eso en las reformas constitucionales de 2002, a raíz de los acuerdos de San Andrés, muy discutidos: no las reformas que hubieran querido nuestros pueblos, pero hay avances.
Hernández dijo que por inercias históricas, hemos privilegiado el pensamiento occidental europeo, y de eso está saturado el sistema educativo, además de que en algunos niveles y grados se ha eliminado la parte antigua de la historia mexicana.
“Ojalá que en el siglo XXI todos los mexicanos –políticos, académicos, pensadores indígenas–, artistas de nuestros pueblos, tengamos la capacidad de forjar este rostro multicultural que los zapatistas vislumbraron: un México de muchos rostros y colores, donde estemos todos y que nos podamos ver en un nuevo espejo, el de una nación incluyente y multicultural.
Creo que las literaturas en las lenguas originarias de México nos pueden aportar nuevas visiones, mitos y narrativas.