Mensaje de la Dra. Myrna Cunningham, Presidenta del FILAC en el día del lanzamiento del Año Internacional de las Lenguas Indígenas de la ONU, @MyrnaCunningham @1alvaropop https://t.co/yg8fEfR5mp pic.twitter.com/hcXv8ZyyQt— FILAC (@filac_) 28 de enero de 2019
martes, 29 de enero de 2019
Mensaje de la Dra. Myrna Cunningham, Presidenta del FILAC por el lanzamiento del Año Internacional de las Lenguas Indígenas de la ONU
El Puic Unam lamenta el fallecimiento del gran poeta quiché, Humberto Ak'abal
El Puic Unam lamenta el fallecimiento del gran poeta quiché,
Humberto Ak'abal, símbolo del resurgimiento de la poesía en lenguas indígenas
de Guatemala y el continente. Su obra tiene un carácter indispensable para el
universo de las letras y de las lenguas indígenas de América y el mundo; su
legado es inconmensurable. Lo despedimos con éste, su canto de pájaros.
Descansa en paz, Amanecer Rebelde.
#HumbertoAkabal #Poesía #LenguasDeAmérica
Humberto Ak’abal y su legado a la literatura guatemalteca
Por Ingrid Reyes prensalibre.com
La noticia de su muerte sorprendió en la noche del lunes 28
de enero. El maestro Humberto Ak’abal deja con su partida su esencia en las
páginas de sus libros, cuentos y ensayos. El aporte de un maya que ha
transmitido una realidad guatemalteca de paisajes sorprendentes, el dolor de su
pueblo y la esencia de su idioma materno, el k’iche.
Hablar de Humberto Ak’abal es reconocer a uno de los poetas
más grandes que ha concebido la tierra guatemalteca. Un vocero que ha llevado sus letras a Suiza,
Alemania, Italia, México, América del Sur, a infinidad de lugares.
Su sencillez y carisma también le acompañaban y era tan
impresionante su inspiración que otros idiomas quisieron alcanzar esa esencia
al traducir sus pensamientos a diversidad de idiomas que también gozan de sus
creaciones.
En sus libros se encuentran con frecuencia dos
versiones. Una de ellas es en k’iche,
que debe ser magistralmente traducido
para alcanzar la profundidad de sus
pensamientos y palabras.
Con su muerte sus poemas más conocidos empezaron a
compartirse y al amanecer del martes 29 las redes sociales guatemaltecas hacían
recordar algunos de los más famosos.
Pero su legado es grande.
El hombre que en 1980 trabajó como barrendero en una bodega de la zona
13, leía en su tiempo libre y desde ahí empezó a trazar sus versos que encapsulan la cosmovisión maya.
Una inspiración que no cesaba
El maestro ha dejado una treintena de poemarios, en
infinidad de temas. El primero fue El
Animalero, en la década de 1990, que aseguró publicó con el apoyo del poeta Luis Alfredo Arango.
Apenas tres años más tarde nace Guardián de la caída de
agua, en 1993. En 1995 viajó a México,
donde primero publicó la breve colección Hojas del árbol pajarero y, más tarde,
Retoño salvaje, en 1997.
En 1996 se publicó una antología de su poesía en k’iche’ y
español: Tejedor de palabras. En 1998 se dio una segunda edición especial,
patrocinada por la Unesco y que fue presentada en el Instituto de Cultura
Hispánica de la Ciudad de Guatemala por el escritor Mario Monteforte Toledo.
Ak’abal fue uno de los escritores mayas más difundido en la actualidad.
Participó en encuentros académicos y festivales de poesía, en Europa, Estados
Unidos y Sudamérica. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)
En el 2016 también presentó Paráfrasis del Popol Wuj, en el
cual hace una intervención del libro considerado un texto impresionante de los
pueblos originarios, una manera diferente para apreciar este legado.
Su más reciente publicación fue Pájaro encadenado. Ahí estaba vendiendo y firmando su libro,
sentado en la última Feria del Libro, Filgua, en julio pasado. Una obra
definida por el autor como un cuento de terror xibalbaquiano, “lo cual
quiere decir que no es como esos espantos de las películas, sino un miedito de
niños, un misterio de ancianos, algo que te inquieta pero que al final te deja
tranquilo”, describía Ak’abal.
Una de sus últimas apariciones fue en su pueblo de origen,
Momostenango, en el Centro Cultural Momostipan.
Ahí leyó parte de Pájaro Encadenado.
Se recordarán títulos como Warinaq Balam o Jaguar dormido,
De puro pueblo, Otras veces soy jaguar, El pájaro encadenado, Desnuda como la
primera vez, Con los ojos después del mar, Detrás de las golondrinas y
Kamoyoyik (Oscureciendo). También Raqon
chi’aj-Grito, Las Palabras Crecen y Poeta, por mencionar algunos.
Entre sus múltiples premios y reconocimientos están en el
2005 como Caballero de las Artes y las Letras del Ministerio de Cultura de
Francia, el Premio de poesía Pier, Paolo Pasolini, en Italia 2004, el Premio
Internacional de Poesía Blaise Cendrars de Neuchatel, Suiza, en 1997, el Premio
Continental Canto de América, otorgado por UNESCO, México, 1998, solo por
mencionar algunos.
Uno de lo reconocimientos polémicos fue en el 2003 al no
aceptar en Guatemala el Premio Nacional de Literatura Miguel Ángel
Asturias, por su convicción de que es un
país que aplastó a sus ancestros.
Fallece el poeta maya Humberto Ak'Abal
El vate declinó en 2003 recibir el Premio Nacional Guatemalco de Literatura
Amigos y la industria editorial lamentaron esta mañana la muerte del poeta maya Humberto Ak'Abal, quien en 2003 declinó recibir el Premio Nacional Guatemalteco de Literatura Miguel Ángel Asturias.
Sigue leyendo: http://bit.ly/2DI0o1e
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Poeta Humberto Ak'abal deja hondo legado maya a Guatemala y el mundo
Guatemala, 29 ene (PL) Las letras guatemaltecas están hoy de
luto por la muerte del poeta quiché Humberto Ak''abal, quien deja un legado con
hondas raíces de la cosmovisión maya.
Originario de Momostenango, Totonicapán (1951), Ak'abal era
reconocido mundialmente por una veintena de poemarios traducidos a más de 20
idiomas, entre ellos, al francés, inglés, alemán e italiano.
Su obra goza de fama en Europa, Estados Unidos, México y
Asia por ser dueño de una de una voz incomparable, según críticos literarios.
El poemario Ajkem Tzij/Tejedor de palabras (1996) fue
editado por la Unesco, en tanto el libro Guardián de la caída de agua recibió
el Quetzal de Oro en 1993 por la Asociación de Periodistas Guatemaltecos.
En 1995 la Universidad de San Carlos le otorgó el diploma
emeritissimum por la Facultad de Humanidades.
Ak'abal ostenta el Premio Internacional de Poesía Blaise
Cendrars 1997, Neuchatel, Suiza, y el Premio Continental Canto de América, por
la Unesco, 1998.
El 29 de julio del pasado año cumplió uno de sus grandes
sueños, al presentar un recital de su poesía en Momostenango, donde,
visiblemente emocionado, leyó versos en castellano y quiché.
La obra de Ak'Abal es profunda y sencilla, invita al
hermanamiento y a la aceptación, y mezcla con éxito elementos de su cultura y
su lengua con los de las sociedades modernas', detalla una fuente
especializada.
Entre sus publicaciones figuran los poemarios 'El
animalero', 'Lluvia de luna en la cipresalada' y 'Las Palabras Crecen'.
También los libros de cuentos 'Grito en la sombra' y 'De
este lado del puente'.
Su deceso tuvo lugar la víspera en el capitalino hospital
San Juan de Dios, a donde fue trasladado muy grave poco después de una cirugía
intestinal practicada el domingo 27 en su natal Totonicapán.
Colegas y amigos rendirán homenaje a Humberto Ak’abal
“Maestro”, “inmenso” y “complejo” son algunos de los
calificativos con los que varios poetas y escritores guatemaltecos se refieren
a Humberto Ak’abal, quien falleció el lunes último.
Por Kimberly López
La noche del lunes último sorprendió a la literatura
guatemalteca. La muerte de un poeta destacado en Guatemala no deja de generar
tristeza y conmoción. De esta forma reaccionaron algunos colegas y amigos
cercanos al destacado escritor.
Javier Payeras, poeta y también amigo de Ak’abal, explicó que estaba en proceso el montaje de
una obra de teatro en honor a la obra de Ak’abal. Con la intención de reconocer
su aporte a la poesía, se tenían previstas varias actividades culturales para difundir
sus poemas, como lecturas y la publicación de una selección de versos.
“Humberto estaba muy contento, muy entusiasmado”, comentó
Payeras.
El proyecto tendría como objetivo hacer homenaje a la
trayectoria de Ak’abal, con una presentación en el Centro Cultural de España,
ubicado en la ciudad de Guatemala, y
también en Momostenango, Totonicapán, lugar en donde nació el poeta.
El montaje de la obra estaría a cargo del proyecto artístico
Caja Lúdica y la presentación se llevaría a cabo en marzo de este año.
“También teníamos pensado que en marzo Humberto hiciera una
lectura de sus poemas con niños”, agregó el escritor.
Al mismo tiempo estaba en marcha la publicación de una
selección de poemas, con la editorial Catafixia.
Detener o apresurar estos proyectos es una decisión que aún
no definen los organizadores de la actividad. “Tendremos que replantear esta
obra, pero ahora con mayor razón nos nace hacer un homenaje”, dijo Payeras.
Homenaje en Filgua 2019
La muerte del poeta coincide con el homenaje que se tenía
previsto para él en la XVI Feria Internacional del Libro en
Guatemala (FILGUA) de este año.
Desde el año pasado, el Ministerio de Cultura y Deportes
divulgó que la edición del 2019 se
celebraría del 11 al 21 de julio de 2019, que tendría como Invitado Especial al
Estado de Chiapas, México y sería dedicada al poeta Humberto Ak’Abal.
Según el presidente de la Gremial de Editores, Philippe
Hunziker, Ak’abal estaba enterado desde el año pasado del homenaje que se
realizaría en su nombre.
“Habíamos tenido comunicación con él y había recibido la
noticia con entusiasmo. Lamentamos tener que hacer el homenaje sin él”, agregó.
No obstante, los organizadores rendirán tributo a su trabajo
y a su aporte en las letras guatemaltecas.
Poeta de “raíces profundas”
“Al inmenso Ak’ abal lo va a reclamar el fuego, lo llamarán
las piedras y los ríos, nacerá una nueva familia de pájaros que cantarán con su
voz de poeta de la tierra”, escribió el poeta guatemalteco Julio Serrano, al
enterarse del fallecimiento de un “maestro” y un escritor que, a su criterio,
fue “luz fundamental” en Guatemala.
Según Serrano, “su
voz fue de las grandes voces de Mesoamérica para todo el planeta. En muchas
maneras él representa el pensamiento y sentido de las raíces más profundas de
la humanidad desde este territorio, desde su idioma el quiché, y desde su
pueblo, Momostenango”.
Y es por esas razones, comentó Serrano, que “su palabra es y
será siempre una declaración de vida por sobre las sombras del racismo, la
injusticia y la miseria humana”.
La voz que cantó en nombre del pueblo
Al igual que Serrano, la poeta Vania Vargas, dedicaron
algunas letras al poeta k’iche’.
Será difícil entender el agujero que el poeta deja en medio
de una realidad que buscó denunciar y retratar en sus versos, sin la intención
de ganar la simpatía de otros. Y es que su poesía fue, a criterio de Vargas,
“una voz solitaria que se levantó y cantó en nombre de todo un pueblo”.
“El mundo se ha quedado mudo”
Respeto pero también mucho afecto es lo que predomina en
aquellos que tuvieron la oportunidad de conocerlo y homenajearlo en vida.
En palabras de la escritora Carolina Escobar Sarti: “El
mundo se ha quedado mudo porque te fuiste”.
Sin embargo, “queda tu poesía, querido Humberto”.
“Hoy estamos tristes, en el momento en que Humberto surge
mucha gente de los cánones literarios más reconocidos decía que el no era un
poeta y poco a poco continuó con su
propio estilo dotando a la poesía de esas imágenes fabulosas”, recordó Escobar.
La escritora insiste en que el aporte de Ak’ abal fue
colocar al país en donde ninguna otra persona ha podido. “Cuando uno entraba a
su poesía, empezaba a entender la realidad nacional”, recalcó.
Su obra
El primer poemario de Ak’abal fue El animalero, publicado en
1990. A lo largo de su obra, Ak’abal se
refirió simbólicamente a la construcción del sujeto indígena, en medio de un
contexto histórico-cultural.
Muchos de sus poemas abordan ese contexto con un tono de
denuncia y lamento.
Además, el poemario Ajkem Tzij o Tejedor de palabras (en su
traducción al español) fue editado por
la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la
Cultura (UNESCO) en 1996.
Su libro “Guardián de la caída de agua” recibió una
nominación a Libro del Año en 1993 y recibió el galardón “El Quetzal de Oro APG
1993” otorgado por la Asociación de Periodistas de Guatemala.
Sin embargo, su obra no se limita a la poesía. Entre sus
publicaciones, Ak´abal acumuló cuentos, ensayos y antologías.
Adiós al grande de la poesía guatemalteca, Humberto Ak’abal
Por Irene De León
La causa del deceso se atribuye a complicaciones que sufrió
después de una cirugía intestinal que le practicaron el domingo en el Hospital
Nacional de Totonicapán. Fue por su estado grave que se procedió a trasladarlo
a la capital.
Era originario de Momostenango, Totonicapán, siempre mostró
ser un luchador empedernido. Sufrió polio durante la niñez y quedó lisado de
una pierna. A los 20 años se hizo cargo de sus 10 hermanos, ya que su padre
falleció. Emigró a la capital, donde
trabajó como barrendero.
Su vida cambió a los 37 años, cuando conoció al poeta Luis
Alfredo Arango, quien lo animó a publicar su primer libro, El Animalero (1990).
Ganó el Premio Internacional de Poesía Blaise Cendrars 1997,
en Suiza. En el 2004 rechazó el Premio Nacional de Literatura Miguel Ángel
Asturias.
“Lo que escribo es lo que cuenta y lo que vale. Si eso tiene
algún valor, va a perdurar con o sin premio; si no tiene algún valor, eso se
muere”, explicó.
Sus obras han sido traducidas al francés, inglés, alemán e
italiano y otros 15 idiomas.
El 29 de julio de 2018, Akabal cumplió uno de sus grandes
sueños: presentar un recital de su poesía en su pueblo natal, Momostenango, lo
cual ocurrió gracias al entusiasmo del grupo de jóvenes Tejedores de
Pensamientos, que promueven la cultura de dicho municipio.
Dos lágrimas
“Cuando nací
me pusieron dos
lágrimas
en los ojos
para que pudiera
ver
el tamaño del
dolor de mi gente”.
Falleció el escritor Humberto Ak’abal
Por Byron Vásquez
El escritor Humberto Ak’abal, de 67 años, falleció la noche
de este lunes en el Hospital General San Juan de Dios. El connotado poeta era
originario de Momostenango, Totonicapán.
Según familiares el escritor tuvo una complicación a raíz de
una cirugía intestinal que le fue hecha el pasado domingo, y como consecuencia
de ella tuvo que ser trasladado al Hospital General San Juan De Dios.
Sus escritos fueron traducidos a más de 20 idiomas, y sus
poemas también fueron publicados por periódicos y revistas en varios países.
Además fue galardonado en 1995 con el Diploma Emiritissimum
por la Facultad de Humanidades de la Universidad de San Carlos de Guatemala;
otro de los reconocimientos nacionales fue el Premio Nacional de Literatura
Miguel Ángel Asturias, el cual declino recibir.
En el extranjero recibió, entre otros, el Premio
Internacional de Poesía Blaise Cendrars en 1997, así como el Premio Continental
Canto de América, otorgado por la Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
Así fue la primera entrevista que se hizo a Humberto Ak’abal en su natal Momostenango
Hace 17 años Humberto Ak’abal, quien falleció la noche del
lunes último, recibió a Prensa Libre en su hogar, en Momostenango, Totonicapán,
para ofrecer una de las entrevistas más reveladoras de su carrera.
Por Gustavo A. Montenegro
“Betío” -como lo llaman sus vecinos- cumplió 50 años el 31
de octubre. En estos días se dedica a tapizcar su milpa y revisar las pruebas
de su nuevo libro. Este es un encuentro con el escritor, en el lugar donde nace
su poesía.
Casi llegando a “Momos”, el camino se vuelve serpiente entre
los pinos que han visto ir y venir tantas veces a Humberto Ak’abal: con su
padre a vender ponchos (hace 40 años); marchándose a buscar empleo (hace 30
años) o su más reciente viaje, a la Universidad de Buffalo, Nueva York (hace 3
semanas), donde ofreció lecturas de poesía.
No olvida que durmió en la calle, trabajó como barrendero y
cargador de bultos. Ni aquellos primeros libros, recogidos de la basura, que
fueron el camino al futuro entre los pinos.
Once años después de su primer libro, Ak’abal es invitado
frecuentemente a universidades, entidades culturales y festivales de poesía en
América, Asia y Europa.
Su esposa, Mayulí, abrió la puerta. Tras ella venía Nakil,
su hijo de 6 años. Más tarde, ya en su estudio, rodeados de libros y fotos de
viajes, conversamos.
“El éxito no ha sido gratuito: Mi vida ha sido dura. Pero no
se entienda como una queja: La vida no es ingrata, ella te paga y devuelve
algunas cosas” afirma al iniciar la entrevista”.
¿Cómo es su proceso de creación?
No hay hora. Se me ocurren ideas caminando o en el mercado,
hablando sobre cualquier cosa. Escribo de 20 a 30 líneas y quedan unas 4 ó 5.
¿Hay una intención de brevedad?
Sí, para que el lector participe y si le gusta algo lo
memorice más fácilmente.
A mí se me quedó aquel que dice: “cómo han envejecido las
manos de mi mamá”.
Creo que sus manos son más antiguas que ella misma. Igual me
conmueven los pies de la gente, con una plantilla de callo por tanto caminar.
Y a veces tanto sufrir…
En el campo se pasan penas, pero la gente tiene un rostro de
nobleza: agradece cada día el sol, el viento y el agua.
La cena fue sencilla, pero deliciosa: pan con miel, queso,
mantequilla, leche y café. Al dormir descubro que los ponchos de Momos están
blindados contra el frío. Al otro día, más café, tortillas y unos huevos
deliciosos. Nakil me muestra sus dibujos: un ser de agua, un acuario, un tigre
cuyas manchas son más grandes que el cuerpo.
¿Qué significa Nakil?
Corazón de Maíz.
¿Cómo imagina el futuro?
Cuando veo a mi hijo pienso que la niñez puede traer una
respuesta distinta. Necesito creer que las cosas serán mejores.
¿Qué recuerda de niño?
A los 5 años hacía esfuerzos por pararme y caminar otra vez:
La polio me atacó al año y medio.
¿A qué edad fue el encuentro con la literatura?
Como a los 10. Un profesor tenía un libro sobre la vida de
Juan Sebastián Bach. Me gustó tanto, que me lo robé. Hace poco se lo confesé.
Él se rió y me dijo “¡qué bueno que te sirvió, guardalo!” Tal vez fue este
impedimento el que me hizo leer. Ya entre los 18 y 20 años era un necesidad.
Con esfuerzo ahorraba y compraba libros.
¿Cómo le afectó la guerra?
Se formaron los famosos grupos de Autodefensa Civil. ¡A la perra, vos! Apenas podía caminar y me
obligaron a que pagara a otro para patrullar en mi lugar. El Ejército jodía
mucho. Mataron a varios muchachos, detenían los buses, era un sufrimiento. Me
fui a buscar empleo a la capital, pero me llevó la madre: uno llega de pueblo a
la ciudad, a trabajar ¿en qué?…
En la capital ¿dónde vivió?
En el parque Gómez Carrillo o Concordia, dormí varios días
donde dormían ladrones, bolos, prostitutas. No tenía trabajo, ni dinero para
pagar un cuarto, ¡bien jodido! Con el poco dinero que tenía compré un galón de
miel y eso comía. Bebía agua del chorro atrás del monumento a Gómez Carrillo.
Hasta que entré a trabajar en una fábrica como barrendero.
¿Y seguía leyendo?
En el basurero del parque Concordia hallé libros: de Bécqer,
Darío, Amado Nervo.
¿Dónde más vivió?
Alquilé un pedazo de covacha a una familia, allá por la
Primero de Julio, por el barranco Las Guacamayas.
¿Cómo fue la publicación del primer libro?
Luis Alfredo Arango me orientó, leyó mis textos. Me dijo que
en la editorial Cultura quizá. Llevé mis poemas y pasado un tiempo le hablé al
director. Todo emocionado me presenté: usted tiene mi libro y me contaron que a
lo mejor lo van a incluir, le dije. Me contestó: “Sí, lo vi, pero no me interesa.
Estoy preparando una serie de poesía urbana y lo suyo son cositas rurales. Me
quedé helado. Pero Luis Alfredo me dijo: “¡No se desanime!”.
El poemario “El animalero” finalmente fue presentado en
agosto de 1991, en Alianza Francesa. Editado por Cultura. “Estuvo bonito, y
para mí ahí se había acabado el sueño”.
Y después ¿qué pasó?
A Tono Móbil, de Serviprensa, le gustó. Me dijo: “¿No tiene
alguna otra cosita para editar?”. Y fue el “Guardián de la Caída de Agua”. La
primera edición se acabó en tres meses.
Después, me buscaba una periodista argentina, Fabiana
Fraysinett, de una agencia de noticias. Yo no tengo casa, le dije, no sé dónde
podamos reunirnos. Nos juntamos en el Parque Central y me entrevistó. Como a
los tres meses salió en La Jornada de México y en una revista de Costa Rica. En
octubre de 1993 un periodista austríaco quería entrevistarme.
¿Otra vez al parque?
Fuimos a Kaminal Juyú. Fue una entrevista para radio y
prensa. Interesó a un centro cultural que me invitó a presentar mi poesía en
Viena.
¿Y se fue para allá?
Hasta ahora me da miedo. ¿Cómo me animé a ir, si no sabía ni
hablar bien español? Sin ni un centavo. No tenía trabajo. Conocí al que sería
mi traductor, al alemán, Erick Hackler.
¿Ese fue el primer idioma al que lo tradujeron?
Sí
¿Y no pasó muchas penas?
Allá no. Además, me pagaron por ir. De ahí me mandaron a
París, que era cabal como lo describieron Víctor Hugo, Balzac, Flaubert. Estuve
en la Plaza de la Concordia, la verdadera…
Ahí no había basurero
Ni dormí en las bancas
Le ha ido bien, a pesar de todo…
A mí me parece que esto es como un sueño, de 1991 para acá:
he conocido mucha gente, Europa, parte del Lejano Oriente. Casi parece un sueño
ridículo que la poesía te lleve a viajar por el mundo.
El escritor reconocido mundialmente murió el lunes último, a
las 20 horas, en el hospital general San Juan de Dios. Tenía 67 años. Publicó
su primer libro en 1988 y su poesía ha sido traducida a más de 30 idiomas.
“Abrí los ojos y ahora a Guatemala le falta una voz, un
trino, un poeta. Demasiado pronto agarró camino Humberto Ak’abal. Nos queda su
eco lleno de pájaros”, escribió la poeta Vania Vargas sobre el fallecimiento
del escritor momosteco.
Fallece el poeta k’iché Humberto Ak’abal
Por Gustavo Montenegro
Escritor reconocido mundialmente murió este lunes 28 de
enero, a las 20 horas, en el hospital general San Juan de Dios. Tenía 67 años.
Las letras guatemaltecas están de luto. La noche de este 28
de enero murió el poeta maya kiché Humberto Ak’abal, originario de
Momostenango, Totonicapán (1952) creador de miles de versos con hondas raíces
en la cosmovisión maya, autor de una veintena de poemarios traducidos a más de
20 idiomas y dueño de una voz poética incomparable.
La causa del deceso, explican familiares de Ak’abal, se
debió a complicaciones después de una cirugía intestinal que le fue practicada
el domingo 27 en el hospital nacional de Totonicapán, lo cual ameritó su
traslado, en estado grave, al hospital general San Juan de Dios en donde murió.
Su sobrina Yamilet Pérez Ak’abal explicó que toda la familia
se encuentra consternada pues no esperaban este desenlace. “Mi tío se empezó a
sentir mal el sábado y lo llevaron al hospital José Felipe Flores de
Totonicapán”, en donde lo intervinieron quirúrgicamente.
“Luego no sabemos qué fue lo que se complicó, pero nos
dijeron que lo teníamos que traer de urgencia a la capital. Tuvimos que rentar
una ambulancia porque la del hospital no tenía el equipo necesario. Lo trajimos
la tarde de este lunes, pero a los pocos minutos, mientras yo estaba dando unos
datos, él descansó”.
Poeta reconocido
Humberto Ak’abal nació en Momostenango, Totonicpán en 1952.
Es uno de los poetas guatemaltecos más conocidos en Europa, Estados Unidos,
México y Asia. Sus obras han sido traducidas al francés, inglés, alemán e
italiano y otros 15 idiomas.
Sus poemas han aparecido en periódicos y revistas de
Guatemala, Centro América, México, EE. UU., Venezuela, Brasil, Colombia,
España, Francia, Austria, Suiza, Alemania e Italia.
Su poemario Ajkem Tzij/Tejedor de palabras (1996) fue
editado por la UNESCO. Su libro Guardián de la caída de agua fue nominado Libro
del Año y galardonado con el Quetzal de Oro APG 1993 por la Asociación de
Periodistas Guatemaltecos.
Lea también: Recordando a Asturias: así suenan sus textos en
voz de grandes actores
En 1995 le fue conferido el diploma emeritissimum por la
Facultad de Humanidades de la Universidad de San Carlos de Guatemala. Es Premio
Internacional de Poesía Blaise Cendrars 1997, Neuchatel, Suiza y Premio
Continental Canto de América, por la UNESCO, 1998.
En el año 2003 le fue conferido el Premio Nacional de
Literatura Miguel Ángel Asturias, pero lo declinó porque, según sus palabras
“Es un premio que tiene dos nombres: se llama Premio Nacional y eso ya es un
nombre, y luego, el otro nombre es “Miguel Ángel de Asturias”. Aunque en
realidad no iba aceptar un Premio otorgado por el país que aplastó a sus
ancestros…
Un gran sueño, cumplido
El 29 de julio de 2018, Akabal cumplió uno de sus grandes
sueños: presentar un recital de su poesía en su pueblo natal, Momostenango, lo
cual ocurrió gracias al entusiasmo del grupo de jóvenes Tejedores de
Pensamientos, que promueven la cultura de dicho municipio. El evento tuvo lugar
en un salón del Centro Cultural Momostipán.
El poeta estaba visiblemente emocionado y leyó los versos en
castellano y kiché. Además, posó para una fotografía de Prensa Libre junto a
uno de sus poemas plasmado en un mural en el frente de la panadería Momostipán.
Fallece el poeta Humberto Ak’abal
Por Redacción ElPeriódico
Humberto Ak’abal, el poeta guatemalteco, falleció anoche en
el Hospital San Juan de Dios, debido a complicaciones que padeció luego de una
intervención quirúrgica. Tenía 67 años y una extensa trayectoria de versos con
raíces en la cosmovisión maya. Autor de poemas traducidos a más de 15 idiomas.
Nació en Momostenango, Totonicapán. Fue galardonado con el
premio “Quetzal de Oro” en 1993; con el Premio Internacional de Poesía Blaise
Cendrars de Neuchatel, Suiza, en 1997 y declinó al Premio Nacional de
Literatura “Miguel Ángel Asturias” en 2003.
Su poemario Ajkem Tzij: Tejedor de palabras fue editado por
la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la
Cultura (UNESCO). Humberto Ak’abal partió la noche del 28 de enero.
Luto en las letras: fallece el poeta Humberto Ak´abal
Por Soy502
El poeta guatemalteco Humberto Ak´abal murió la noche del lunes 28 de
enero en el Hospital San Juan de Dios a la edad de 67 años y deja un
legado de poesía admirada y reconocida en todo el mundo.
Según
explicaron familiares, la muerte del poeta se debió a complicaciones
después de una cirugía intestinal a la que se sometió el domingo 27 en
el hospital de Totonicapán. Debido a esto, Ak´abal fue trasladado, en
estado grave, hacia el Hospital General San Juan de Dios, donde
falleció.
Humberto Ak'abal nació en Momostenango, Guatemala, en
1952. Es uno de los poetas de nuestro país más conocidos en Europa y
América del Sur. Su veintena de poemarios se ha traducido a más de 10
idiomas alrededor del mundo.
Es
uno de los poetas guatemaltecos más conocidos en Europa, Estados
Unidos, México y Asia. Sus obras han sido traducidas al francés, inglés,
alemán e italiano y otros 15 idiomas.
Sus poemas han aparecido en
periódicos y revistas de Guatemala, Centro América, México, EE. UU.,
Venezuela, Brasil, Colombia, España, Francia, Austria, Suiza, Alemania e
Italia.
Poema al volcán
"Y despertó el hambre del
volcán, salió a comer / abrió su boca y su gran lengua de fuego lamió
los pueblos", escribió Humberto Ak´abal el año pasado luego de la
explosión del Volcán de Fuego que dejó más de 100 personas fallecidas.
"Dejó
un mar de cenizas / un lastimero eco de suspiros, soledad de
soledades, una tristeza tras otra, gemidos y lágrimas, lágrimas y más
lágrimas". El poema lleva como título: Muqubal’ Ixkanul/Volcán Panteón.
Uno
de sus trabajos más recientes y reconocidos fue "Paráfrasis del Popol
Wuj", un viaje a las entrañas de esta recopilación de narraciones
legendarias e históricas del pueblo K´iché.
"Cada
vez que hago una relectura de nuestro Popol Wuj, no puedo sino pensar
en el genio de aquellos grandes pensadores, que concibieron estos
asombrosos mitos, la gran respuesta a su más grande pregunta frente al
universo; ellos sentaron la cosmogonía y cosmovisión, que aún palpita en
nuestra sangre", afirmó a Soy502 en aquel entonces Ak´abal.
SU TRABAJO
Fue
el autor de más de 20 libros de poesía. Entre sus trabajos más
recientes destacan "Wachibal q’ijil, Las caras del tiempo", publicado en
2017 en la Universidad de Guadalajara, México y el último libro
publicado el año pasado titulado "Ismachi’ - Bigotes".
Muere el poeta guatemalteco Humberto Ak'Abal
Este lunes murió el poeta guatemalteco Humberto Ak’Abal, a
la edad de 67 años, por complicaciones en una cirugía intestinal, informaron
familiares.
Glenda Sanchez/ gsanchez@republica.gt
El también escritor falleció en el Hospital General San Juan
de Dios al ser trasladado de un centro hospitalario de Totonicapán.
El Departamento de Comunicación del centro asistencial
confirmó que Ak’Abal murió a las 20:40 horas del lunes.
Traslado al Inacif
Claudia Benavente, del departamento de Comunicación del
Hospital San Juan de Dios, informó que el poeta falleció al ingresar en centro
hospitalario.
“No hubo tiempo que los médicos realizarán algún examen o
laboratorio para determinar el estado de salud”, indicó Benavente.
Agregó que este martes a las 9.00 de la mañana el cuerpo del
poeta será trasladado al Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif).
FAMOSOS
A nosotros los
indios
nos ha hecho
famosos
el odio de los
imbéciles
Humberto Ak’abal /
Lluvia de luna en la cipresalada, 1996
Biografía de Humberto Ak’abal
Fue un poeta de la etnia Maya K’iche que pensaba y escribía
sus poemas en idioma K’iché y en español.
Sus poemas fueron publicados en periódicos y revistas de Guatemala,
Centroamérica, México, Estados Unidos, Venezuela y Brasil.
Además, en Colombia, Líbano, Japón, España, Francia,
Austria, Suiza, Alemania, Holanda e Italia.
Algunos obras de Humberto Ak’abal
De Puro Pueblo
Warinaq Balm
Jaguar Dormido
Surgimiento del
Pueblo Maya
La Cruz Maya:
Cosmogonia
Otras Veces Soy
Jaguar
El Animal de Humor
Reconocimientos
1993: “Quetzal de Oro APG 1993”, otorgado por la Asociación
de Periodistas de Guatemala.
1995: Diploma Emeritíssimum por la Facultad de Humanidades
de la Universidad de San Carlos de Guatemala.
1997: Premio Internacional de Poesía Blaise Cendrars de
Neuchatel, Suiza.
1998: Premio Continental “Canto de América”, otorgado por la
UNESCO, México.
2004: Premio Internacional de poesía “Pier Paolo Pasolini”,
Italia.
2005: Condecorado “Chevalier de l’Ordre des Arts et des
Lettres” por el Ministerio de Cultura de Francia.
2006: Fellowship John Simon Guggenheim, N.Y. USA.
2010. Le fue dedicada la Feria Internacional del Libro de Le
Mans, capital del departamento de Sarthe, Francia.
2012. Un continuo de poemas suyos titulado “Koyopa’ Oxlajuj
Baqtun”, fue musicalizado por el músico inglés Jan Vriend, y ejecutado y
cantado por la orquesta y coros de Radio Nederland, Holanda, presentado el 23
de diciembre en el Teatro “Musiekgebouw aan t IJ” de Amsterdam.
2017. Se le otorgó el Diploma “Reconocimiento a la
trayectoria”, por el Gobernador del Estado de Campeche, México.
En 2003 declinó recibir el Premio Nacional guatemalteco de
literatura “Miguel Ángel Asturias”.
Brindan detalles de fallecimiento de Humberto Ak'abal en la emergencia del San Juan de Dios
El amante de las letras, oriundo de Momostenango,
Totonicapán, falleció en la emergencia del Hospital General San Juan de Dios.
Por Ivonne Gordillo
El referente de la poesía y multipremiado literato, Humberto
Ak'abal, falleció este lunes 28 de enero en la emergencia del Hospital General
San Juan de Dios, zona 1 capitalina.
Edwin Bravo, director del centro asistencial, brindó
detalles a Publinews del estado en el que fue trasladado Ak’abal.
Humberto Ak’abal fue referido desde el Hospital Nacional de
Totonicapán, luego de una complicación tras una cirugía intestinal.
Según indicó, se creía que era un problema de sepsis, una
infección generalizada; sin embargo, ese alcance ya no se pudo determinar.
Ak’abal falleció en el momento que ingresó a la emergencia
del referido nosocomio, alrededor de las 20:40 horas.
“Nos lo enviaron
con una hoja de referencia”, explicó Bravo. Además, expresó que se siente
consternado por el fallecimiento del referente poeta.
Los restos de Humberto serán trasladados a la morgue del
Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) este martes a las 9 horas para
determinar las causas del deceso.
Gran legado
El célebre poeta nació en Momostenango, Totonicapán, en
1952. Fue uno de los poetas más conocidos, no solamente en Guatemala, sino
internacionalmente.
Una de sus obras más conocidas se denomina "Dos
lágrimas".
Cuando nací
me pusieron dos
lágrimas
en los ojos
para que pudiera ver
el tamaño del
dolor de mi gente.
La literatura guatemalteca pierde a un grande, muere Humberto Ak'abal
El poeta oriundo de Momostenango, Totonicapán, murió en la
ciudad capital a la edad de 66 años.
Por Publinews
Guatemala
En una cama del Hospital General San Juan de Dios falleció
la noche del lunes 28 de enero el poeta Maya K'iche' Humberto Ak'abal, de
acuerdo con información que circula en grupos de poetas nacionales.
El célebre poeta nació en Momostenango, Totonicapán en 1952.
Fue uno de los poetas más conocidos, no solamente en Guatemala, sino
internacionalmente.
Sus obras, que ahora quedarán para la posteridad, han sido
traducidas a varios idiomas como el inglés, francés, italiano, alemán,
portugués y muchos más.
Muere en un hospital
De acuerdo con información proporcionada por poetas
guatemaltecos, Ak'abal fue trasladado a un hospital capitalino por quebrantos
de salud.
Fue traído desde su natal Momostenango en estado grave y
falleció debido a complicaciones.
Premios y reconocimientos
1993: "Quetzal de Oro APG 1993" otorgado por la
Asociación de Periodistas de Guatemala.
1995: Diploma Emeritíssimum por la Facultad de Humanidades
de la Universidad de San Carlos de Guatemala.
1997: Premio Internacional de Poesía Blaise Cendrars de
Neuchatel, Suiza.
1998: Premio Continental "Canto de América",
otorgado por la UNESCO, México.
2004: Premio Internacional de poesía "Pier Paolo
Pasolini", Italia.
2005: Condecorado "Chevalier de l'Ordre des Arts et des
Lettres" por el Ministerio de Cultura de Francia.
2006: Fellowship John Simon Guggenheim, N.Y. USA.
2010. Le fue dedicada la "Feria Internacional del Libro
de Le Mans", capital del departamento de Sarthe, Francia.
2012. Un continuo de poemas suyos titulado “Koyopa’ Oxlajuj
Baqtun”, fue musicalizado por el Músico inglés Jan Vriend, y ejecutado y
cantado por la Orquesta y coros de Radio Nederland, Holanda, presentado el 23
de diciembre en el Teatro “Musiekgebouw aan t IJ” de Amsterdam. 2017. Se le
otorgó el Diploma “Reconcimiento a la trayectoria”,otorgada por el Gobernador
del Estado de Campeche, México.
En 2003 declinó recibir el Premio Nacional guatemalteco de
literatura "Miguel Ángel Asturias".
"Dos lágrimas"
Cuando nací
me pusieron dos lágrimas
en los ojos
para que pudiera ver
el tamaño del dolor de mi gente.
Los recordados versos del poeta Humberto Ak’abal, fallecido ayer
Las obras del poeta guatemalteco, que ahora quedarán para la
posteridad, han sido traducidas a varios idiomas como el inglés, francés,
italiano, alemán, portugués y muchos más.
Por Luisa María Godínez
El poeta maya k'iche' Humberto Ak'abal falleció la noche del
lunes 28 de enero en el hospital general san juan de dios.
La causa del deceso, explicaron sus familiares, se debió a
complicaciones después de una cirugía intestinal que le fue practicada el
domingo 27 en el hospital nacional de Totonicapán.
Debido a la emergencia se le trasladó, en estado grave, al
centro asistencial en la capital, en donde murió.
El célebre poeta nació en Momostenango, Totonicapán en 1952.
Fue uno de los poetas más conocidos, no solamente en Guatemala, sino
internacionalmente.
Su veintena de poemarios se ha traducido a más de 10 idiomas
alrededor del mundo.
Versos más recordados
"Solo quiero"
Yo solo quiero
un poco de atardecer
para platicar con ella,
escondidos detrás de algún árbol,
decirle que ya no aguanto más,
que se venga a vivir conmigo,
que tengo ganas
de echarle una semilla.
"Mayuli"
Cuando estás conmigo
no sé dónde queda el mundo.
"Picoteando"
El aire se come tu suspiro,
a ras del cerro
el último chispazo de sol.
La tarde termina
en el negror de tus ojos.
El amor picotea:
es un pajarito
con ganas de cantar.
"el aire"
El aire baila
extiende sus alas y da vueltas.
El aire es un pájaro grande,
vuela alto
arriba del cielo;
por eso
sólo sentimos el soplido de sus alas.
"el mudo"
Ella vivía lejos,
los domingos bajaba al pueblo
a vender duraznos.
La esperé junto al puente viejo,
me regaló una bella mirada
y tal vez esperaba una palabra mía.
La miré y se me hizo agua la boca
y no pude decir nada.
Otro día alguien le preguntó por mí
y ella dijo
que no quería para marido
a un hombre mudo.
"noche"
Noche oscura,
oscurísima.
A punto de llover.
En noches así
no se sabe
dónde termina la tierra
ni dónde comienza el cielo.
martes, 22 de enero de 2019
La realidad en dos idiomas / Entrevista con Humberto Ak’abal, poeta maya quiché
Humberto Ak’abal, poeta maya quiché (1952), viste no sólo con los colores típicos de las culturas mayas de Guatemala –y Chiapas–, luce además una sonrisa y una actitud que lo pinta de cuerpo entero en su dignidad indígena. Nos hemos encontrado en el ombligo de la Luna, en el corazón de la megaurbe mexicana, en la Fiesta de las Culturas Indígenas, Pueblos y Barrios Originarios de Ciudad de México, en el Zócalo. No hemos asistido a la cita a conocernos sino a reconocernos, porque Humberto tiene la virtud de anticiparse a la presentación con alguna frase que desde la modestia lo engrandece.
–Mi padre fallece cuando iniciaba mi juventud, alrededor de los dieciocho años. Su desaparición marcó una falta muy honda, pues me encontraba en un momento en que su presencia era muy importante en mi desarrollo. Por fortuna mi abuelo estaba vivo y vino a suplir esa figura, esa carencia. Mi abuelo era muy respetado en el pueblo, era un chamán. La importancia de mi abuelo no sólo para mí sino para la comunidad fue determinante en la responsabilidad que asumí desde un principio. Ello significaba que yo debía labrar mi propio camino y mi lugar en el pueblo. Él murió a la edad de cien años, así que tuvo tiempo suficiente para compartir conmigo muchas de sus experiencias y de su conocimiento de la vida. Creo que esa presencia es notable en mi poesía.
–La identidad la va uno descubriendo a medida que uno madura, que crece y se relaciona con el mundo. La lengua es el contacto inicial que nos ayuda a reconocernos en la comunidad como nosotros mismos; nos permite identificar y construir los pensamientos propios, a descubrir lo que somos. De niño yo no tenía conciencia de quién era porque no sabía de la existencia de los otros. En mi pueblo, el noventa y nueve por ciento de la población es indígena. Cuando aparecía alguien de fuera se distinguía de inmediato. Para mí existía sólo mi gente, la del pueblo. Después me fui dando cuenta de que había otras personas distintas. Algunas veces con sorpresa, otras con agrado y muchas con dolor, porque comienzas a conocer la discriminación, el racismo. Allí, en la lucha contra todas esas manifestaciones negativas de los otros, la identidad comienza a cobrar carácter y sentido. Ser se convierte en un conflicto, reconocerte en lo que eres representa un problema que muchos no pueden superar. Por fortuna, en mi casa mis padres y mis abuelos tenían una conciencia muy fuerte de sí mismos. Eso determinó que yo creciera sin dudas sobre mi pertenencia y siempre muy orgulloso de mis raíces, de mi cultura, de mis orígenes.
–En esa relación de lengua, cultura y conciencia del origen, ¿cómo figura la noción de la poesía?
–Para hallar respuestas a tales preguntas siempre me veo obligado a regresar a mis antepasados. Por el lado de mi madre eran contadores de cuentos, de historias. Con frecuencia nos reuníamos alrededor del fogón de la casa para cultivar la tradición oral, para escuchar nuestra lengua, la de mi familia, de mis tías y abuelas que nunca aprendieron el castellano o español. Por el lado de mis abuelos paternos, ellos eran músicos, marimbistas. Su casa era punto de reunión de músicos de otras regiones y allí tenían lugar fiestas que no respondían a motivos especiales, sino simple y sencillamente a la ocasión del encuentro. Podían durar hasta una semana. Se sacrificaba un marrano y la fiesta concluía cuando se agotaba la carne del animal. Era también una fiesta de la lengua maya quiché, un banquete de diálogos y juegos ingeniosos del habla. Siempre advertí que el maya quiché tiene una fuerza telúrica muy emparentada con los sonidos de la naturaleza.
–En tu poesía se hallan referencias al pasado remoto. ¿En qué momento tomas conciencia de esa ancestralidad?
–Yo no leí el Popol Vuh sino cuando tuve como veinte años de edad pero, desde mi infancia, los abuelos narraban fragmentos de ese libro, historias que hacían referencias geográficas reconocibles. Por ejemplo, se mencionaban barrancos que yo conocía, que eran del dominio de la comunidad y donde sucedían acciones que se nos presentaban de manera muy vívida. Esos mismos sitios que menciona el Popol Vuh eran parte de nuestra realidad. Lo que me sorprendió fue encontrar que todas esas historias estuviesen escritas, reunidas y organizadas en un libro. Hoy en día ha menguado un poco esa presencia popolvuhica por las influencias religiosas, políticas, mediáticas, pero afortunadamente es vigente dicha oralidad.
–¿Cómo fue tu escolaridad?
–En el pueblo, en aquel entonces, nuestra cultura era monolingüe y cuando nuestros padres decidían que asistiéramos a la escuela estábamos obligados a aprender en español y a aprender este idioma. Sufríamos mucho porque hablábamos un castellano muy elemental y rudimentario. Eso provocaba la burla de los maestros y de los compañeros, a pesar de nuestra niñez, pues no podíamos pronunciar bien algunas palabras. El maya quiché carece de algunos sonidos presentes en el castellano, por ejemplo, carece del sonido de la efe. No podíamos decir fósforo y pronunciábamos pósporo, entre muchas otras palabras que provocaban la risa y la burla franca de los otros niños. Era una transición cultural y lingüística bastante complicada.
–¿Qué significó para ti dicho tránsito lingüístico, dicha posibilidad de pensar la realidad en dos idiomas?
–Honestamente fue un gran descubrimiento. Me di cuenta de que existía otro mundo allí, al otro lado. Fue como el propio descubrimiento de la lectura y de la escritura que abría puertas hacia otros mundos, hacia posibilidades de imaginación y de expresión inadvertidas. Fue realmente grandioso advertir la fuerza de la palabra escrita y percatarme de las diferentes formas de pensar del indígena y del no indígena. Se me ampliaba el horizonte del nosotros. Comencé a esforzarme por pensar de la otra manera, para comunicarme de manera más clara y precisa con los hispanohablantes o castellanohablantes en su propia lengua. Esa conciencia de los otros reforzaba mi identidad y mi noción de las formas peculiares de comunicación, de esos otros nosotros que habitamos el maya quiché, con nuestro humor y nuestros sentidos de la realidad.
–¿Qué aportó la escritura en lengua castellana a tu idioma materno, a tu conciencia de esa lengua del origen?
–Yo era analfabeta en mi propia lengua, la hablaba, pero no la sabía escribir. Así, comencé a apoyar las traducciones que había hecho el Instituto Lingüístico de Verano de los textos bíblicos. Ese fue mi primer patrón para iniciar la escritura en mi propia lengua. El siguiente paso fue esforzarme porque mis autotraducciones no perdieran la riqueza que, en mi opinión, poseen los textos nacidos en mi lengua. Esa fue una lucha interna, conmigo mismo, porque buscaba que no sonaran como si hubiesen sido escritos en español y se alejaran de mis propios sentimientos, sino todo lo contrario: que respondieran al lenguaje sencillo que es la naturaleza misma de la lengua maya quiché.
–En tu poesía está muy presente tu familia, tu abuelo, tu padre ausente desde muy joven y la relación esencial con tu madre. ¿Qué representó en tu trayectoria poética y vivencial, en tu visión del mundo, la muerte de tu padre?
–En alguno de tus poemas hablas de tu propia experiencia, de tus carencias incluso físicas, como es la cojera de la que adoleces desde chico. Ese es un poema muy revelador de lo que esperas de los demás, no sólo la comprensión sino además la solidaridad. Allí aplicas una vez más el humor, la ironía contra ti mismo.
–Es simplemente la aceptación de la realidad, sin dolor, tal como es. Asumir los hechos obteniendo de alguna manera un cierto provecho al encontrar una solución feliz o en otras no tanto, pero siempre en beneficio de la madurez.
–Afirmas que te gustan los poemas que de alguna manera representan el espanto. Sabiendo de la existencia de un abuelo chamán, ¿qué relación hay entre el espanto y la idea de la capacidad visionaria del poeta y del chamán?
–El abuelo realmente trabajaba la medicina tradicional, en la herbolaria y en los rituales. Participaba en las sanaciones recetando yerbas o pócimas naturales. Pero también con su sabiduría e inteligencia podía resolver algunos problemas psicosomáticos mediante técnicas que implicaban el susto, es decir, el espanto. Cuando comencé a escribir poesía tuve en cuenta esa práctica de sanación del abuelo y asumí que la poesía es otra forma de sanar el alma.
–¿Cuál es tu perspectiva de la poesía que se escribe en lenguas indígenas, más allá de su rareza o su emergencia antropológica, política?
–Creo que es un fenómeno nuevo, que empezó a dar sus primeros pasos a partir de 1992, con el famoso Quinto Centenario del Descubrimiento y Conquista de América. Yo creo que la poesía escrita en lenguas indígenas experimenta lo que la mayoría de las culturas, produce una buena y una mala poesía. Es importante la oscuridad para darnos cuenta de la luz, de su importancia y sus significados. El día que nos falte la poesía el mundo quedará mudo. Lo cierto es que la poesía es una herramienta de salvación del hombre l
José Ángel Leyva. Poeta y ensayista, es director de la editorial y la revista La Otra. Entre su obra publicada están Duranguraños y Catulo en el destierro.
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